Plan de recuperación y conservación de aves necrófagas

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Ampliar imagen: Buitre leonado

Las aves necrófagas, también llamadas carroñeras, cumplen un papel primordial en el funcionamiento de las cadenas tróficas. Ayudan a acelerar el proceso de retorno de nutrientes y energía al sistema, al tiempo que contribuyen a reducir el riesgo de epizootias, participando en el control natural de los riesgos epidemiológicos de una gran variedad de especies (silvestres, cinegéticas o ganaderas), susceptibles al contagio de enfermedades por exposición a cadáveres de otros animales, especialmente de grandes mamíferos. El mantenimiento de esta función resulta, pues, imprescindible para el adecuado funcionamiento de los ecosistemas.

Una amplia gama de factores, la mayor parte de ellos derivados de la acción humana, ha conducido al declive de muchas especies de aves necrófagas e, incluso, a la extinción de alguna de ellas. Entre dichos factores destacan: el uso de cebos envenenados, la colisión y electrocución con tendidos eléctricos, las molestias durante la época de reproducción, la pérdida y deterioro de los hábitats favorables a las especies y, en los últimos tiempos, la falta de comida.

A pesar de la persecución directa que sufrieron en el pasado las aves carroñeras, que sometió a las poblaciones de las distintas especies al pronunciado descenso en su número de efectivos, y a la persistencia hoy día de métodos ilegales de control de depredadores basados en el uso de cebos envenenados, primera causa de mortalidad no natural para estas aves; todas las especies de aves necrófagas están hoy presentes en Andalucía. Esto incluye: buitre leonado, buitre negro, quebrantahuesos, alimoche, milano real y milanon negro. Si bien la presencia del quebrantahuesos solo puede atribuirse a los esfuerzos realizados por la Administración Ambiental andaluza para su reintroducción.

El Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas es aprobado por Acuerdo de 18 de enero de 2011, del Consejo de Gobierno, establece medidas de protección para tres especies en peligro de extinción: quebrantahuesos, milano real y alimoche, y otra vulnerable, el buitre negro.

La Comunidad Autónoma de Andalucía, a través del Decreto 23/2012, de 14 de febrero, por el que se regula la conservación y uso sostenible de la flora y fauna silvestre y sus hábitats, actualiza el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas aprobado por la Ley 8/2003, de 28 de octubre, y cataloga a las especies amenazadas incluidas en el presente Plan de la siguiente forma.

Especie Nombre científico Categoría de amenaza
Buitre negro Aegypius monachus Vulnerable
Quebrantahuesos Gypaetus barbatus En peligro de extinción
Alimoche Neophron percnopterus En peligro de extinción
Milano real Milvus milvus En peligro de extinción
Ampliar imagen: detalle de la cabeza del buitre negro

Buitre negro

En Andalucía el buitre negro nidifica exclusivamente en áreas forestales de Sierra Morena y, más concretamente, en Sierra Pelada (Huelva), en el noreste del Parque Natural Sierra Norte y su entorno (Sevilla-Córdoba), en la Sierra de Hornachuelos (Córdoba) y en la Sierra de Andújar (Jaén). De forma puntual también ha nidificado en La Contienda (Huelva) y ha ocupado algunas áreas de la comarca de El Condado, en Jaén, sin que en este último caso se hayan producido intentos de reproducción. A estas poblaciones, conocidas desde la década de 1980, hay que sumar algunas parejas establecidas a partir de 2006 en el suroeste del Parque Natural Sierra Norte (Sevilla).

Las áreas de campeo de las distintas poblaciones reproductoras incluyen zonas donde abunda el ganado, la caza mayor y el conejo, tanto al norte de la Comunidad Autónoma como al sur de las provincias de Badajoz y Ciudad Real y al sur de Portugal. El tamaño de cada zona de campeo puede alcanzar las 600.000 ha. Si bien la especie puede considerarse como característica de Sierra Morena, no son raros los avistamientos de individuos en dispersión fuera de este ámbito geográfico.

El quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) es una especie que llegó a desaparecer por completo de Andalucía a medidas de la década de los 80 del siglo pasado y cuya presencia hoy en Andalucía, se debe a los esfuerzos realizados para su reintroducción por la Junta de Andalucía. El área de distribución histórica del quebrantahuesos comprende casi todas las montañas de Eurasia y el norte de África. En Andalucía, fue un ave muy común hasta finales del siglo XIX, siendo las Sierras Béticas (desde Cádiz hasta Jaén y Almería) las áreas preferentes para su nidificación. La última reproducción documentada se produjo en 1983. El último quebrantahuesos dejó de avistarse en Cazorla a finales de 1986. Tras la desaparición de la población andaluza, los quebrantahuesos ibéricos quedaron relegados a los Pirineos, donde han permanecido presentes hasta la actualidad.

En la actualidad, el principal problema para la conservación de la especie radica en la falta de conexión entre las distintas poblaciones existentes. Una población de quebrantahuesos, viable y autónoma a largo plazo en el sur de la Península Ibérica, permitiría restituir el flujo genético entre los quebrantahuesos pirenaicos y norteafricanos, contribuyendo, con ello, a la conservación global de la especie. La principal causa de la extinción del quebrantahuesos fue la presión humana, directa o indirecta. Factores como la utilización de cebos envenenados, el furtivismo o el expolio de nidos fueron las principales causas que condujeron a la crítica situación de especie en el pasado.

Las cumbres de la sierra de Cazorla constituyeron el último bastión de los quebrantahuesos andaluces. Apenas dos años después de su extinción, en 1988, la Junta de Andalucía inició los primeros trabajos para evaluar la viabilidad de un futuro proyecto de reintroducción. En 1991, investigadores de la Estación Biológica de Doñana (EBD) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) concluyeron que el Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, en Jaén, reunía las condiciones adecuadas para albergar hasta quince parejas reproductoras.

Ampliar imagen: quebrantahuesos parado en un poyete

Un quebrantahuesos en el Centro de Cría “Guadalentín”

En 1996 arranca el programa de reintroducción con la construcción, en la Sierra de Cazorla, del Centro de Cría “Guadalentín”, hoy Centro de Cría del Quebrantahuesos de Cazorla. A principios de 2000, la luz verde internacional para el inicio de las liberaciones en Andalucía sólo dependía de que se pudiera asegurar los mínimos niveles de mortalidad post-suelta para los ejemplares reintroducidos.

En 1999, el centro se incorpora de manera oficial al European Endagered species Program (EEP en sus siglas en inglés) para el quebrantahuesos, que se encarga de coordinar la cría en cautividad de quebrantahuesos en Europa y marcar las directrices de trabajo con la especie. Este programa está liderado por la VCF (Vulture Conservation Foundation), fundación que también gestiona, desde principios de 2020, el CCG.

Con este objetivo, en 2001, se inician estudios de viabilidad en ocho espacios naturales seleccionados como posibles lugares de nidificación según un modelo matemático diseñado por la EBD. De forma paralela, en estos años, la Consejería impulsa la creación de la Fundación Gypaetus (FG), entidad sin ánimo de lucro que tutelaría legalmente los ejemplares cedidos a Andalucía y serviría de apoyo técnico y social al proyecto de reintroducción.

En el año 2002 nació y sobrevivió en sus instalaciones el primer pollo, hijo de la pareja Joseph y Zumeta, que fue bautizado como "Andalucía", ejemplar que, actualmente, se encuentra en el CCG y es miembro de una de las unidades reproductoras del mismo.

El 13 de mayo de 2006, ‘Tono’, ‘Faust’ y ‘Libertad’ se convirtieron en los tres primeros quebrantahuesos liberados en Andalucía. Así, el programa de reintroducción nace en Andalucía con el objetivo final de establecer una población de quebrantahuesos viable y autónoma a largo plazo. Diseñado con un enfoque multidisciplinar, el programa de reintroducción es un meta-proyecto que cuenta con la participación de diversas entidades con probada experiencia en el manejo y estudio de la especie: la Fundación para la Conservación de los Buitres, como coordinadora del programa europeo de cría del quebrantahuesos, la Estación Biológica de Doñana como asesora científica y la Fundación Gypaetus, como organización encargada de su ejecución, bajo la dirección de la Consejería competente en materia de medio ambiente.

La siuación actual (2023):

  • El CCG cuenta en sus instalaciones con 27 ejemplares, de los que 12 forman las seis parejas reproductoras que tantas alegrías  nos dan todos los años.
  • Desde entonces, han nacido en el CCG 125 pollos de los que 115 han sobrevivido. Cabe destacar que la productividad del centro se ha ido incrementando con el paso del tiempo y, actualmente, se produce entre el 30 y el 40% de los pollos de todo el EEP. Esto convierte al CCG en un pilar básico, no sólo para el proyecto andaluz, sino también para el resto de proyectos de reintroducción europeos.
  • Su localización geográfica, que le da unas características sanitarias muy adecuadas, es uno de los centros más propicios para la conservación de ejemplares de todas las líneas genéticas integrantes del EEP, en especial de ejemplares de líneas genéticas raras o importantes, como es el caso de los ejemplares de origen corso.
  • El CCG se ha especializado también en las adopciones, siendo el único centro donde todas sus parejas realizan adopciones dobles e incluso triples. Por esto acoge, casi todos los años, pollos procedentes de otros centros de cría en los que, por diversos motivos, no pueden ser adoptados por parejas de cría y son adoptados por nuestras parejas asegurando así que dichos pollos se críen de manera natural y puedan ser, después, liberados al medio natural o incorporarse a la red de críá en cautividad del EEP.
  • Por todo esto, el CCG se ha convertido en centro de referencia a nivel europeo para la cría de la especie y se ha ganado la confianza plena de organismos tanto nacionales como internacionales. Todo ello, gracias a la alta especialización y cualificación del personal del mismo.
  • En el proceso de cría de rapaces en cautividad, como el quebrantahuesos, se lleva a cabo la adopción de polluelos en el centro de cría. Esto ocurre cuando se introduce un polluelo en el nido artificial de las instalaciones, no necesariamente progenitor de la pareja. Esto se realiza por dos razones principales: evitar el fenómeno del cainismo, común entre los quebrantahuesos donde solo sobrevive un polluelo, y aprovechar la capacidad de algunas parejas para criar más de un polluelo. Los huevos son retirados antes de la eclosión y se incuban artificialmente, permitiendo un control más preciso del proceso. Después de la eclosión, los polluelos son devueltos a una pareja, y los huevos no utilizados se reemplazan por artificiales. La vigilancia constante mediante sistemas de videovigilancia, sobre todo en temporada de cría, garantiza el éxito del proceso y permite intervenciones del personal cuando sea necesario.

Material divulgativo: Quebrantahuesos (Noviembre 2023). PDF (3,3 MB)

Ampliar imagen: Alimoche posado en la copa de un árbol

Alimoche

El alimoche (Neophron percnopterus) es la más pequeña de las rapaces carroñeras europeas y una de las más oportunistas, pues se alimenta tanto de carroñas como de basuras domésticas, excrementos, insectos y huevos. Andalucía es una de las regiones españolas donde la especie ha sufrido una mayor regresión en las últimas décadas. En el pasado, el alimoche fue un ave relativamente común en toda la región y así lo atestiguan los relatos de ornitólogos y cazadores que lo citan como abundante en las serranías de Cádiz y Málaga. En el oriente andaluz la situación era parecida, considerándose común en todas las sierras calizas de la cordillera Bética. Sin embargo, la situación actual de la especie en la Comunidad Autónoma y su tendencia pueden considerarse como críticas, hecho que evidencian las cifras de censos del número de parejas y la evolución reciente de su área de distribución en el territorio andaluz.

Ampliar imagen: Grupo de milanos volando, vistos desde abajo

Milano Real

Desde 1994 la especie muestra una tendencia decreciente, si bien dicha tendencia parece haberse estabilizado durante los últimos años, en los que la especie es seguida intensivamente dentro de las labores de censo realizadas por la Junta de Andalucía. Tal estabilidad parece estar motivada por las buenas condiciones de refugio ofrecidas por el Espacio Natural de Doñana en este último periodo de tiempo.

Así, las parejas reproductoras situadas fuera de Doñana podrían haber estado sometidas a unas tasas de mortalidad no natural relativamente altas que han conducido al declive de la especie fuera de la desembocadura del Guadalquivir. El hecho de que el 95% de las parejas reproductoras se encuentren dentro de Doñana apoya esta hipótesis. En cualquier caso, la mera protección de los espacios no permite explicar el patrón actual de distribución de la especie, dado que también se han perdido parejas que nidificaban dentro de otros espacios protegidos. Cabe pensar que la necesidad de los milanos negros de salir de las zonas protegidas hacia otros territorios, donde los factores de amenaza son mayores, en busca de alimento, introduce un riesgo añadido que incide de forma significativa en la mortalidad no natural de la especie.

El estado de la especie en Andalucía resulta consecuente con la situación y evolución crítica que ha evidenciado también a nivel nacional, donde se ha registrado un descenso de casi el 50 % de efectivos en los últimos 10 años. Dicha situación resulta especialmente alarmante si se valora que el milano negro encuentra en la península Ibérica el límite meridional de su área de distribución y que es previsible, que factores como el calentamiento global repercutan en gran medida en la pérdida de hábitats y condiciones ambientales favorables para la especie. La reducción de los niveles de amenaza fuera de los límites de los espacios naturales protegido se antoja como un factor clave para la mejora del estado de conservación de una especie, especialmente vulnerable por sus particularidades ecológicas y como consecuencia de su necesidad de utilizar territorios amplios para completar sus ciclos biológicos.

Varias son las amenazas que en mayor medida han supuesto y, en muchos casos, siguen suponiendo un riesgo para la conservación de las aves necrófagas y para el buen estado de sus poblaciones. Todas ellas se encuentran ligadas, directa o indirectamente, a la actividad humana.

La evolución positiva y la mejora agroambiental de buena parte de los usos aprovechamientos que las sociedades realizan del medio rural agrícolas, ganaderos, cinegéticos, forestales, etc.), junto con el incremento de la conciencia ambiental sobre la necesidad de conservación de la biodiversidad; han contribuido de forma significativa a la reducción de algunas de las amenazas que, en el pasado, han afectado en mayor medida a las aves carroñeras, tales como el uso de cebos envenenados, que no obstante persiste como la principal causa de muerte no natural de este tipo de especies.

Sin embargo, factores como la limitación del acceso de las aves necrófagas al alimento, como consecuencia de la aplicación de medidas orientadas al control epidemiológico animal, o los riesgo asociados a presencia de infraestructuras de generación eólica y tendidos naturales; se añaden al elenco de amenazas que pueden comprometer en el futuro la viabilidad y presencia de las aves carroñeras en Andalucía.

  • Veneno. Asociado al control de predadores, es la primera causa conocida de mortalidad de las aves necrófagas en la Comunidad Autónoma. Afecta a ejemplares de todas las edades pero debido a la ecología de este tipo de especies, elevada mortalidad juvenil, madurez sexual retardada y larga vida, las muertes de ejemplares reproductores son especialmente graves a nivel demográfico para las poblaciones. Con el objeto de hacer frente a esta amenaza la Junta de Andalucía puso en marcha, en 2004, la Estrategia Andaluza para la Erradicación del Uso Ilegal de Cebos Envenenados. Los trabajos realizados en el ámbito de esta Estrategia han conseguido reducir sensiblemente los casos de envenenamiento, si bien aún es preciso seguir avanzando en la aplicación de medidas de gestión dirigidas a reducir la incidencia de este factor de riesgo, especialmente relevante para las aves carroñeras.
  • Tendidos eléctricos y aerogeneradores. Las muertes por electrocución o colisión con tendidos eléctricos y por colisión en parque eólicos representan la segunda causa de mortalidad no natural en Andalucía. La corrección de los apoyos peligrosos y la aplicación de planes de vigilancia ambiental en las plantas eólicas, si bien han contribuido significativamente a mejorar el grado de conocimiento acerca del impacto sobre la fauna de este factor riesgo e, incluso, han reducido su incidencia, no han conseguido resolver definitivamente un problema que requiere ser adecuadamente evaluado en búsqueda de soluciones que garanticen la conservación de las aves necrófagas.
  • Molestias en época reproductora. Diversas actividades como los trabajos forestales, construcción de infraestructuras, actividades deportivas no autorizadas o uso público no regulado provocan molestias en la época de cría que suelen traducirse en fracasos reproductores.
  • Falta de comida. Por diversos motivos, su incidencia no es mayor después de nueve años de la crisis de las “vacas locas” y de la obligación de recoger el ganado muerto del campo. Recientemente se ha establecido un nuevo marco normativo aplicable a los subproductos de origen animal, que contempla la posibilidad de alimentar a los buitres sin retirar previamente las carroñas, esto es, fuera de los comederos. En Andalucía se prevé que esta medida tenga efecto dentro del ámbito de actuación del Plan de Necrófagas.
  • Pérdida o deterioro del hábitat de cría. El principal riesgo procede de la ocurrencia de incendios forestales, ya que una proporción muy alta de las poblaciones de las distintas especies ocupan Espacios Naturales Protegidos, donde este tipo de amenaza se valora como poco probable.

El ámbito del presente Plan se define como la totalidad del área de distribución actual de las  especies objeto del mismo, así como aquellas áreas potenciales que sean consideradas necesarias para cumplir con los objetivos que se establecen por este Plan para la Comunidad Autónoma de Andalucía. Particularmente para el quebrantahuesos, se consideran como áreas de distribución potencial los siguientes espacios naturales protegidos:

  • Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas
  • Espacio Natural Protegido de Sierra Nevada
  • Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama

(Para acceder a la Leyenda, pulsar en el icono "+" situado arriba a la derecha).

Este mapa se ha elaborado a través Web Maps Service. 

El Plan de recuperación y conservación de aves necrófagas se lleva a cabo mediante su programa de actuación. El Programa de Actuación de las Aves Necrófagas, aprobado mediante la Orden de 20 de mayo de 2015, concreta en el tiempo y en el territorio las actuaciones necesarias para desarrollar las medidas previstas en el Plan.

Programa de Actuación de las Aves Necrófagas (2015-2019). PDF (5,4 MB)

Las actuaciones realizadas para la conservación y reintroducción de las aves necrófagas,  por especie y año, son las que se incluyen en las siguientes fichas resumen: