
Las leñas se obtienen como subproducto de las cortas de madera y las podas. Las leñas más preciadas por su poder calorífico son las procedentes de encina (Quercus rotundifolia), alcornoque (Quercus suber) y Quejigo (Quercus faginea).
Tradicionalmente el uso principal de la leña era el combustible en los hogares, calefacción y cocina. Actualmente este uso se está perdiendo por la aparición de otros combustibles más cómodos de transportar y almacenar.
Los productos maderables de poco valor y los residuos de la industria de la madera se están aprovechando con tendencia creciente como materia prima en las industrias de trituración (tableros y pasta) y conglomerados.
No obstante en Andalucía se produjo, durante el año 2007, un 16.7% la leña en relación a la producción nacional según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (2010). Del total generado en ese año, 126.049 toneladas procedían de coníferas, y 115.961 de frondosas (encina, alcornoque, etc.).