Patrimonio natural en el Geoparque Cabo de Gata-Níjar

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Geology in Cabo de Gata-Níjar

Geología en Cabo de Gata-Níjar

El Geoparque de Cabo de Gata Nijar forma parte, geológicamente hablando, del sistema orogénico complejo llamado Orógeno Bético-Rifeño, que incluye todos los procesos relacionados en mayor o menor medida con el mediterráneo oriental y la convergencia entre las placas africana y euroasiática. Está definido por dos ramas, una al norte y otra al sur. Las rocas ígneas que forman el conocido con complejo volcánico de Cabo de Gata (en adelante, CVGC) son producto de la subducción y se relacionan con la etapa de tectónica extensional que tuvo lugar durante en Neógeno en la zona. Un fragmento de la placa subducida generó un movimiento de roll-back, al oeste y al este, y un adelgazamiento cortical, formación de corteza oceanica y la formación de cuencas intramontañosas en las áreas internas del sistema Bético-Rifeño. Desde el Mioceno, la extensión cesó y la deformación en la zona está controlada por el movimiento de la convergencia de las placas africana y euroasiática (mediante fallas de strike-slip como la  Falla de Carboneras).

La geoquímica de las rocas volcánicas se corresponde con la series calco-alcalina, que es exactamente lo que podíamos esperar de una cuenca de retroarco (back-arc, como lo es la cuenca de Alborán). El CVCG es solo una porción de este arco volcánico y quedando la cuenca controlada por el movimiento de la falla de Carboneras, que la divide en dos. Esta falla está activa en la actualidad.

Debido al clima semiárido, los afloramientos son continuos a lo largo de la línea de costa y el interior, pero los edificios volcánicos no están muy bien preservados. A pesar de esto, los acantilados marinos nos ofrecen una cantidad de información enorme que hace posible una reconstrucción casi completa de la estratigrafía. Esta información nos permite definir el CVCG como un campo volcánico de domos submarinos, montes submarinos y sistemas de domos complejos.

El CVCG es el elemento de mayor tamaño de todas las manifestaciones volcánicas del sureste español. Se extiende bajo el mar de Alborán y fue llevado a su posición actual por los movimientos de la falla de Carboneras. Gran parte de este vulcanismo en la cuenca de Alborán está sumergido y las estructuras volcánicas de Cabo de Gata muestran claros signos de haber sido generadas también  bajo el mar. Alguna de las estructuras volcánicas más antiguas podrían haber crecido lo suficiente como para alcanzar la superficie, formando islas bordeadas por plataformas marinas sedimentarias.

La edad del CVCG es conocida a través del estudio de los fósiles presentes en las rocas sedimentarias asociadas con los elementos volcánicos y por la datación con isotopos en las rocas. La actividad se desarrolló en varios ciclos durante el periodo que se extiende desde los 14 a los 7,5 millones de años. Las estructuras volcánicas mejor conservadas son las más recientes, producidas entre 9 y 7,5 millones de años.

La base del CVCG aflora en varios puntos (Serrata de Níjar y Carboneras) y está formada por las rocas del basamento bético (rocas carbonatadas y filitas) de las zonas internas y algunos sedimentos marinos. En las zonas altas, la actividad volcánica fué fosilizada por depósitos marinos del final del Mioceno.

En la zona afloran un amplio rango de facies volcánicas, con comportamientos que van desde explosivos a efusivos y también el ambiente transicional entre estos. Las rocas volcánicas de Cabo de Gata son calco-alcalinas en composición (andesítica y dacítica en la mayoría de los casos, pero también podemos encontrar rocas con composición riolítica) y fueron producidas en su mayor parte en ambientes submarinos, aunque es posible encontrar facies que muestran ambiente transicionales a medios subaréos. En términos de geoquímca, estilo eruptivo, edad y ambiente deposicional, las sucesiones volcánicas del CVCG pueden compararse con ejemplos similares en el arco volcánico de Japón. Nos encontramos con que el CVCG constituye el registro volcánico mejor conservado y más voluminoso del arco volcánico del orógeno bético rifeño y con seguridad el registro volcánico submarino mas importante del todo el mediterráneo occidental.

Desde los primeros episodios volcánicos hasta el último, el mar invadió los relieves volcánicos generando un extenso archipiélago. En las cuencas marinas situadas entre los relieves marinos, se produjeron depósitos sedimentarios, más concretamente cinco, desde el Tortoniense inferior al Plioceno. Estas cuencas dejaron atrás todo un catálogo de carbonatos bioclásticos, arrecifes, biohermos, diatomitas, brechas y muchos más. En estas cuencas se pueden encontrar evidencias de eventos tan importantes como la crisis de salinidad del Mediterráneo, cuando el este se secó prácticamente en su totalidad como consecuencia de su desconexión con el océano Atlántico.

En un momento dado, durante el Mesiniense, la temperatura del agua permitió la formación de arrecifes de coral. Estos arrecifes se desarrollaron encima de los relieves volcánicos y los más importantes de ellos que se pueden encontrar dentro del geoparque son La Molata de la Negras, Mesa Roldán y el Cerro de los Lobos, entre otros. Estos relieves eran islas o salientes altos en el mar que fueron colonizados por arrecifes de coral completamente rodeados por ellos.

Hace 5 millones de años, el mar ocupaba todas las áreas bajas desde Sierra Alhamilla al Valle del Andarax y el campo de Níjar, y las únicas áreas emergidas que se podían encontrar correspondían con la Sierra de Cabo de Gata y la Serrata de Níjar. Después del levantamiento Plio-Cuaternario, la línea de costa fue desplazada hacia el sur, durante el cuaternario y debido a los cambios climáticos, el nivel del mar fue ascendiendo y descendiendo con variaciones de hasta 130 m. Estas variaciones quedaron grabadas en un registro privilegiado donde se pueden encontrar todas los ambientes sedimentarios distintivos desde continentales (abanicos aluviales, sistemas dunares…) a litorales y transicionales (deltas submarinos en ramblas, playas, lagoons…) y muchos más.

La actividad volcánica ha generado en Cabo de Gata un sistema hidrotermal que desarrolló mineralizaciones de interés económico dejando atrás una gran huella en la vida de la gente y el paisaje de la zona. Obviamente las mineralizaciones de oro de Rodalquilar son las más famosas, pero también se explotaron otros minerales minoritarios como plomo, zinc, cobre y manganeso. Además, la actividad volcánica lleva ligada otro tipo de mineralización no metálica. Las bentonitas son las más importantes en la actualidad.

Estos yacimientos hidrotermales se producen cuando un cuerpo magmático no logra alcanzar la superficie, enfriándose a cientos de metros de profundidad. Este cuerpo puede aportar calor a la zona, alcanzándose temperaturas de hasta 400-500ºC, y emitiendo fluidos ricos en ácidos. Estos fluidos pueden ascender a través de las rocas, trasformándolas en un proceso llamado alteración hidrotermal. De alguna forma y debido a la circulación, estos fluidos se enfrían y se mezclan con agua (subterránea o del mar, por ejemplo) y esto hace que los metales asociados precipiten en fisuras y fracturas, formando un deposito hidrotermal como el que podemos observar en Rodalquilar.

Andesitas piroxénicas de color negro característico que resaltan en el paisaje, especialmente en el acantilado al norte de Las Negras. Estas rocas se erosionan formando bolos que se acumulan en la playa de las Negras.

Explotación minera a cielo abierto de bentonitas producto de la alteración de coladas de ceniza volcánica en un medio acuoso. Estas arcillas se caracterizan por ser masas pulverulentas de color blanco, untuosas al tacto y muy plásticas.

Enclaves de rocas carbonatadas empastados entre rocas volcánicas. Se trata de carbonatos templados de plataforma de edad Tortoniense inferior, ricos en algas rojas, briozoos y bivalvos, arrancados, arrastrados y en globados entre rocas volcánicas más modernas del Tortoniense superior.

Antiguo estrecho del Plioceno que comunicaba por el norte-noroeste la cuenca de Almería-Níjar con el mar Mediterráneo, y por el que se canalizaron correintes intensas, que movilizaron arenas calcáreas y formaron directamente grandes dunas en el fondo marino. La estratificación cruzada en artesa es la estructura interna que muestran dichas dunas, resultado de su migración conforme eran desplazadas por las corrientes.

Domo andesítico y niveles de coladas de lavas masivas y piroclásticas superpuestas en el flanco noroccidental del domo. Resaltan muy bien estas coladas por diferencias en color y tipo de erosión.

Afloramiento, junto a la playa actual, de dunas eólicas fósiles del Pleistoceno, de composición oolítica. Las estructuras sedimentarias son de gran interés.

Playa holocena formada por cantos y gravas muy redondeados (bolos) de naturaleza volcánica, cuya fuente se sitúa en los relieves del entorno, arrastrados y depositados por el barranco de las Águilas.

Grupo de domos coalescentes compuestos por dacitas con cristales de anfibol y biotita de gran tamaño. Son rocas masivas en las que se observan bandeados de flujo y disyunción columnar muy patente. Esta disyunción fue aprovechada para la obtención de adoquines en pequeñas canteras hoy abandonadas.

Plataforma carbonática pliocena progradante hacia el sur. Corresponde al margen norte de la antigua cuenca pliocena de Carboneras. En los taludes son frecuentes las tempestitas (capas de tormenta).

Afloramiento de brechas andesíticas piroxénicas y andesíticas basálticas con niveles alternantes de colores distintos. Son muy llamativos, además de los cambios de color y los colores muy oscuros, los numerosos tafonis que pueden observarse en la ladera.

Pequeña albufera producida en la desembocadura de la rambla de Morales por el cierre del cordón litoral/playa. La ruptura ocasional del cordón por las avenidas en la rambla produce la desaparición temporal de la albufera hasta la nueva reconstrucción del cordón del mar.

Corte muy completo de los carbonatados de plataforma del Tortoniense-Messiniense, instalados directamente sobre volcánicas. En la extrema base aparecen carbonatos templados de plataforma abierta ricos en briozoos y bivalvos. Sobre ellos se sitúa, discordantemente, la primera unidad arrecifl messiniense, la de los biohermos.Encima aparecen los carbonatos correspondientes a la unidad del arrecife costero, también del Messiniense. En estos últimos se distinguen las facies de construcción (de corales, porites, encostrados por carbonatos microbianos) y la de los taludes. A techo aparece el denominado complejo terminal, también messiniense, constituido por carbonatos de plataforma en los que abundan los oolitos y los domos microbianos (estromatolitos y trombolitos).

Sucesión de playas fósiles tirrenienses que afloran en el margen derecho de la rambla actual. Se observan principalmente las estructuras foreshore y shoreface de una secuencia de playas progradantes, cuyos distintos episodios están bien datados. En algunos se reconocen restos de strombus, que contribuyen a interpretar la edad y suponer unas condiciones climáticas más cálidas que las actuales durante le correspondiente periodo.

Una geoforma sobre los materiales volcánicos, esencialmente dacitas y andesitas, con estructuras y texturas de brechas, coladas y domos, de planta elíptica, de algo más de un kilómetro de diámetro, rodeada de relieves más elevados, también volcánicos, que ofrece así una morfología de cubeta casi cerrada.

Se trata de un modelado caprichoso producido por la erosión de los agentes meteóricos, lluvia esencialmente, sobre el macizo volcánico, acentuado y desarrollado a lo largo del tiempo por las propias escorrentías de ladera.

Desde finales del siglo XVIII se explotaban en el área del cabo de Gata filones ricos en plomo y cinc, que dieron lugar posteriormente a una intensa actividad industrial. El descubrimiento del oro se realiza por parte de los fundidores de Mazarrón, que usaban los jaspes de las minas como fundentes, extrayendo el oro para rentabilizar el proceso.

En 1940, el Ministerio de Industria puso en marcha la instalación de Rodalquilar para el beneficio exclusivo del oro. Esta actividad duró hasta 1966.

Sistema de playas cuaternarias y de dunas eólicas, actuales y subactuales, en parte fijadas por la vegetación. El cordón de playa cierra la desembocadura de la rambla de Morales situada hacia el este. 

Los dos cerros que componen los Frailes corresponden a dos domos volcánicos que son los puntos de salida de los materiales que componen la parte alta de los cerros (aproximadamente, por encima de los 200 m). Las rocas son andesitas basálticas, con unos 8 millones de años de antigüedad.

Sector del sistema de fallas de Carboneras en el que esta estructura es muy patente debido a la variedad de litologías afectadas, ya que entre las líneas de fractura afloran yesos, margas, arenas bioclásticas, etc.

En la rellana de la Isleta-Los Escullos se pueden observar varios niveles de sedimentos procedentes de distintas generaciones de abanicos aluviales, unos encajados con otros, con superficies muy planas y ligeramente inclinadas hacia el mar. Representan distintas fases de formación de abanicos a lo largo del Cuaternario, debidas a cambios en las condiciones climáticas, tectónicas y del nivel del mar.

Abanicos aluviales al pie de la sierra de Cabo de Gata que descienden hasta la albufera de las salinas. Son varios conos lateralmente anastomasados en los que puede reconocerse claramente la morfología de los cuerpos sedimentarios y su génesis.

Su arena cubre a retazos un magnífico afloramiento de dunas oolíticas fósiles de edad comprendida entre los 100.000 y los 128.000 años. Los acantilados que cierran la playa hacia levante, sobre los que se sitúa el castillo de San Ramón, se labran sobre uno de los afloramientos más representativos de los materiales sedimentarios postvolcánicos del parque natural, en este caso, constituidos por calcarenitas bioclásticas con abundantes restos de fauna marina fósil, de una edad aproximada de 6 millones de años (Messiniense).

Afloramiento de dacitas con anfibol al pie de la carretera que, además, se encuentra en un espectacular mirador natural sobre la playa del Algarrobico y Carboneras.

Escollo muy prominente cercano al acantilado costero que tiene forma de dedo como indica su nombre. Es un resto de la retracción del acantilado costero en la zona.

Albufera cerrada por un cordón litoral de dunas y playa. Se explota la sal en salinas que determinan el paisaje de la albufera y controlan en buena medida su régimen hídrico.

Carbonatos templados y arrecifes del Mioceno superior situados directamente encima de rocas volcánicas. En detalle hay varias unidades de carbonatos separadas entre sí por discontinuidades (paraconfirmadades y discordancias). Las rocas volcánicas basales son sobre todo aglomerados volcánicos, datados radiométricamente en unos 8,7 millones de años.

Carbonatos bioclásticos, muy fragmentados y bien clasificados, con abundantes restos de algas rojas, bivalvos, briozoos y foraminíferos bentónicos. Son depósitos de aguas templadas. Muestran estructuras sedimentarias excepcionalmente bien preservadas, sobre todo estratificación cruzada de tipo tabular en la base, y estratificación cruzada en artesa en la parte alta.

Las rocas volcánicas que afloran en el morrón son una sucesión de ignimbritas riolíticas, ignimbritas y surges y coladas de lavas andesíticas. La exposición de los depósitos piroclásticos en el acantilado es espectacular. Sobre el sustrato volcánico, penetrando inicialmente en las grietas de las rocas, hay depósitos pleistocenos de dunas eólicas con muy buenas estructuras sedimentarias.

Los sedimentos del Plioceno rellenan una pequeña cubeta situada en el margen suroriental de la cuenca Almería-Níjar, al pie de antiguos paleoacantilados. En el centro de la cubeta abundan los pavimentos de balánidos. Estos son muy espectaculares y están constituidos por agregados de balánidos, preservados en posición de vida y de gran tamaño (centimétricos).

Carbonatos templados de plataforma y de antiguos acantilados sumarinos depositados sobre, y en relación con, un antiguo domo volcánico. Este último muestra unas disyunciones columnares de gran interés.

Islote o escollo escarpado cercano al acantilado costero de origen volcánico. Se cree que es parte de un antiguo edificio volcánico.

Impresionantes depósitos hialoclásticos consistentes en una roca de origen volcánico compuesta por cantos de naturaleza andesítica con tamaños muy variables (con diámetros desde milimétricos hasta métricos), englobados en una matriz de tamaño de grano muy fino. Este tipo de rocas se originó mediante erupciones submarinas en volcanes sumergidos bajo el mar. En el propio acantilado se puede observar disyunciones columnares que indican la situación de la fuente de alimentación del volcán.

Dragoncillo de Cabo de Gata

Dragoncillo de Cabo de Gata

Este geoparque es, quizás, una de las mayores joyas naturales de la provincia de Almería. Su origen volcánico y el clima subdesértico imperante han caracterizado el desarrollo y la historia de sus habitantes.

Los paisajes áridos esconden una enorme riqueza botánica. Precisamente, de ahí nace su singularidad, en las adaptaciones a un clima feroz mediante estrategias para sobrevivir a condiciones extremas: raíces interminables, semillas latentes, supervivientes al agua salada, aprovechadoras del rocío de la mañana.

Ecosistemas como azufáifar, espartal, palmitar y cornical, tomillar y pastizal, además de la vegetación que puebla acantilados y dunas, conforman el paisaje botánico del parque natural, unidos a los cultivos tradicionales, como el sisal, las chumberas y las pequeñas huertas. A pesar de la naturaleza subdesértica del suelo, en el geoparque existen más de 1.500 especies de flora, muchas de ellas endémicas, constituyendo una de las zonas más singulares, diversas y únicas de Europa.

En sus fondos marinos conviven, en perfecta armonía, extensas praderas de posidonia oceánica con gran diversidad de fauna y flora, favorecidas por la convergencia de dos masas marinas diferentes: atlántica y mediterránea. Este fenómeno, junto con los diferentes tipos de fondos, origina una elevada diversidad animal y vegetal, con un catálogo de más de 1.300 animales y 300 vegetales.

La transparencia de las aguas se debe, en gran medida, a la presencia de una de las praderas de poseidonia oceánica mejor conservadas de todo el Mediterráneo. Esta planta endémica, que se confunde comúnmente con un alga, juega un papel fundamental en el control de la erosión y como fuente de oxigenación. Asimismo, es el hábitat de más de 700 especies de animales. Entre sus hojas podemos encontrar erizos, estrellas de mar, esponjas, moluscos, algas y peces.

Los fondos rocosos aparecen coloreados por los corales y demás fauna y flora que viven adosados a sus paredes.

La avifauna del geoparque es especialmente importante en la estepa litoral, donde habitan aves esteparias, como camachuelo trompetero, alcaraván, alondra de Dupont y sisón.

En el humedal de importancia internacional (sitio Ramsar) Salinas de Cabo de Gata, además, se localizan 80 especies, muchas de ellas limícolas, como avocetas y cigüeñelas, aunque también se encuentran gaviotas, ánades y flamencos.

Por último, en la sierra de Cabo de Gata son habituales rapaces como el águila perdicera y el búho real, así como pequeños mamíferos como la jineta y el zorro; y reptiles como la culebra bastarda y el camaleón.