¿En qué consiste?
La simbiosis industrial es una estrategia que busca hacer que los sistemas productivos sean más eficientes y sostenibles mediante la colaboración entre empresas. Según la Comisión Europea, se trata de una aproximación sistemática que identifica oportunidades de negocio a partir de recursos infrautilizados, como subproductos, energía o materiales que una empresa ya no necesita y que pueden servir como insumo para otra.
En la práctica, la simbiosis industrial consiste en crear sinergias entre empresas cercanas geográficamente, de modo que colaboren para encontrar soluciones innovadoras que optimicen el uso de los recursos y reduzcan los residuos. Aunque suele asociarse a iniciativas locales, este enfoque también puede aplicarse a escala regional o nacional, dado que en muchos casos los residuos y materiales recuperables se transportan a grandes distancias para su valorización o eliminación.
Este modelo implica que organizaciones de distintos sectores cooperen para lograr beneficios mutuos: aprovechar subproductos, compartir infraestructuras o intercambiar energía y servicios logísticos. En este contexto, la confianza entre los actores es fundamental, ya que el éxito de las sinergias depende de la transparencia y la cooperación a largo plazo.
Ventajas
Desde una perspectiva sistémica, la simbiosis industrial contribuye de forma directa a cerrar los ciclos de los procesos productivos, ayudando a:
- Prolongar la vida útil de los recursos dentro del sistema económico.
- Reducir la cantidad de residuos que terminan eliminándose.
- Mejorar la eficiencia energética y material mediante la reutilización y el reciclaje.
- Generar nuevas oportunidades de negocio y empleo vinculadas al aprovechamiento de residuos.
- Impulsar la innovación orientada a la demanda, conectando empresas con centros de investigación y desarrollo tecnológico para avanzar hacia una Economía Circular.
En definitiva, las claves de la simbiosis industrial son la colaboración, la proximidad geográfica y un enfoque basado en la demanda, apoyado por facilitadores o entidades que promuevan y gestionen estas alianzas. Este modelo no solo reduce el impacto ambiental, sino que también abre el camino hacia una industria más competitiva y sostenible.
Proyecto europeo SYMBI
La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente participa en el Proyecto europeo SYMBI (Industrial Symbiosis for Regional Sustainable Growth and a Resource Efficient Circular Economy).
Buenas prácticas empresariales
En el transcurso del proyecto se han identificado una serie de buenas prácticas empresariales en aplicación de los principios de la economía circular y/o la simbiosis industrial:

Orujeras
¿En qué consiste la buena práctica?
El sistema actual de extracción de aceite de oliva de dos fases produce aceite de oliva y un subproducto denominado orujo graso húmedo
El orujo graso húmedo es tratado en las industrias extractoras, obteniéndose: Aceite de orujo de oliva crudo, restos de huesos y orujillo.
Del orujillo se obtiene pulpa de aceituna, dedicada a la alimentación animal por su contenido en proteínas, producción de abonos, compost y enmiendas. El orujillo también se utiliza como biomasa y en la composición de fertilizantes.
A su vez el aceite de orujo de oliva crudo es refinado, obteniéndose aceite de orujo refinado, pastas de refinería, utilizado para alimentación animal y cosméticos, y ácidos grasos usados en la alimentación animal.
Actores implicados: Almazaras, industrias extractoras, refinerías de orujo, sector de alimentación animal, empresas de biomasas, empresas cosméticas, empresas de fertilizantes, empresas químicas.
¿En qué consiste la buena práctica?
Este práctica ofrece una alternativa para la valorización de residuos que no han podido ser reutilizados y reciclados, evitando su envío a vertedero, minimizando el impacto y las emisiones de los mismo. Por otro lado, gracias a esta práctica se reduce el consumo de materias primas de origen natural, y el consumo de combustibles fósiles, gracias a su sustitución por residuos.
En esta industria podemos distinguir tres procesos en relación al uso de residuos:
- Residuos que se usan como materias primas para la fabricación de crudo: Algunos residuos con alto contenido mineral (escorias, cenizas de procesos térmicos, residuos de construcción y demolición, lodos de papelera, arenas de fundición, espumas de azucarera,…) tienen una composición similar a la de las materias primas con las que se fabrica el cemento y pueden sustituir a las materias primas naturales que son extraídas de las canteras: arcillas, calizas, entre otras, disminuyendo de esta forma la explotación de recursos naturales. En el caso específico de la fábrica estudiada, la utilización de escorias de siderurgia permite la reducción del consumo de caliza y aportadores de hierro (pirita) y alúmina (bauxita). Estos residuos minerales se añaden al resto de materias primas antes de entrar en el horno de cemento, en la parte del proceso que se denomina preparación del “crudo”, y aportan calcio, hierro, silicio o aluminio, minerales necesarios para fabricar el Clinker (producto intermedio que sale del horno y que al molerse da lugar al cemento).
- Residuos que se usan como aditivos al cemento: Hay otros residuos industriales (fundamentalmente escorias de alto horno y cenizas volantes de centrales térmicas) que se pueden añadir como aditivos en el proceso de molienda del clinker para dar lugar al cemento, reduciéndose de esta forma el volumen de las materias primas extraídas de las canteras. Esta sustitución, técnicamente viable y regulada por la normativa europea, permite fabricar cemento con menos proporción de clinker sin disminuir la calidad ni las prestaciones del producto final. En concreto, en la fábrica que ha colaborado en el SYMBI, se utilizan cenizas volantes de central térmica , que permite la reducción del consumo de clinker en la fabricación de determinados tipos de cementos, y yesos sintéticos, y la reducción del consumo de yeso de origen natural en su proceso.
- Residuos que se usan como combustible: El uso intensivo de combustibles tradicionales de origen fósil, lleva a buscar mejores alternativas desde el punto de vista económico y ambiental. Este hecho unido a la elevada cantidad de residuos que acaban vertidos en vertedero, y que muchos de estos residuos tienen un poder calorífico y unas características adecuadas para su empleo como combustible, causan que el sector cementero lleve décadas utilizando residuos como combustible en sustitución parcial de los utilizados tradicionalmente.
Actores implicados: Sector cementero e industrias productoras de los residuos.

Reutilización de aguas residuales
¿En qué consiste la buena práctica?
El proyecto destaca por la puesta en valor de la reutilización de aguas residuales depuradas en un complejo minero- hidrometalúrgico. La instalación cubre parte de sus necesidades de abastecimiento mediante la reutilización de aguas residuales procedentes de una estación depuradora de aguas residuales.
El agua depurada, una vez que alcanza las instalaciones industriales se destina a un doble uso:
- Por un lado, parte del agua se somete a un segundo tratamiento para adecuar sus características a las requeridas durante el proceso industrial por la planta hidrometalúrgica.
- La segunda fracción a utilizar, se conduce hacia una planta regeneradora de aguas residuales, con el objetivo de obtener aguas de calidad apta para su reintegración al dominio público hidráulico subterráneo, concretamente mediante la reinyección en profundidad (uso ambiental), y cumpliendo todas las premisas impuestas por la administración competente en materia de aguas.
Actores implicados: Organismo competente en materia de aguas subterráneas, empresa explotadoras de EDARs y empresas mineras.

Buena práctica de codigestión
¿En qué consiste la buena práctica?
La codigestión es una alternativa de tratamiento con serias posibilidades de desarrollo al amparo de la nueva legislación en un doble sentido. Por una parte, se facilita la gestión de unos residuos industriales no peligrosos y, por otra, se puede llegar a incrementar la producción de biogás, aumentando la cantidad de energía cogenerada y reduciendo por tanto la cantidad de energía consumida en la EDAR.
El término codigestión se emplea para expresar la digestión anaerobia conjunta de dos o más sustratos de diferente origen. La principal ventaja radica en el aprovechamiento de la sinergia de las mezclas, compensando las carencias de cada uno de los sustratos por separado. El hecho es que, aprovechando el volumen existente, el digestor de fangos de una EDAR de tamaño medio/grande ofrece la posibilidad de incorporar otros sustratos que compensen el balance de nutrientes y la humedad y aumenten, de manera muy importante, el rendimiento de producción de biogás de este proceso. Ventajas adicionales del proceso son la obtención de un lodo valioso que puede utilizarse como enmienda orgánica siguiendo la legislación vigente y la unificación de la gestión de diversos residuos al compartir instalaciones de tratamiento, reduciendo costes de inversión y explotación.
El proceso de codigestión supone una solución para líquidos de alta carga orgánica que, a la vez, origina una mejora en la producción de biogás de las EDAR. Se trata de un procedimiento de valorización de residuos no peligrosos y de difícil gestión, que puede facilitar el adecuado cumplimiento de la normativa ambiental a diversas industrias.
Las principales características que deben tener estos residuos destinados a codigestión son:
- Se tratará siempre de residuos no peligrosos
- Tendrán carácter bombeable, siendo por tanto líquidos o fluidos pastosos
- Tendrán elevada carga orgánica y bajo contenido en sulfatos y sulfuros
- Se podrán entregar mediante cubas, depósitos o contenedores
Mayoritariamente, estos residuos proceden de industrias agroalimentarias (lácteos, cítricos, melazas, grasas, hortofrutícolas, etc).
La codigestión presenta indudables ventajas para la industria y para la depuradora de aguas residuales entre las que cabe señalar las siguientes:
Para la industria/productor del residuo:
- Aporta una solución a los problemas de gestión de efluentes de alta carga orgánica así como de efluentes concentrados de carácter estacional
- Elimina la necesidad de disponer de una planta de tratamiento para los mismos en caso de ser los únicos líquidos producidos o pueden reducir los costes de explotación de sus propias plantas de tratamiento al disminuir en origen la carga a tratar. • El coste asociado al transporte depende de la proximidad a la EDAR receptora pero se producirá una reducción del canon de saneamiento proporcional a las fracciones de mayor carga contaminante.
- Igualmente ofrece una posible solución a industrias ubicadas en entorno rural, sin fácil conexión a los sistemas urbanos de saneamiento.
- Además se reducen los tiempos de almacenamiento en las instalaciones y la posibilidad de que se produzcan procesos degradativos que, a su vez, pueden generar olores y problemas sanitarios entre otros.
- Igualmente se minimizan las incidencias por vertidos incontrolados a cauces receptores Para las EDAR las principales ventajas son:
- Disminución de la carga contaminante recibida a través de los sistemas de saneamiento así como del número de episodios de vertidos incontrolados con lo que mejora la eficiencia de la depuración y la calidad del efluente
- Mayor garantía de cumplimiento de los objetivos de calidad fijados para la depuradora y disminución del coste del proceso.
- Aprovechamiento de la sinergia de las mezclas de sustratos para la producción de biogás, compensando las carencias de cada sustrato por separado (nutrientes, humedad, etc.)
- Mejora el balance de nutrientes, obteniéndose de esta manera un mejor rendimiento de la digestión y una mayor producción de metano.
- Incremento de la producción de biogás con el consiguiente aumento en la producción de energía eléctrica autoabastecida, lo que supone menor coste energético de la explotación.
- Aprovechamiento del calor generado en los motores por el biogás extra producido.
- Reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero proporcional a la cantidad de energía eléctrica no consumida.
Actores implicados: Empresas explotadoras de EDARs Empresas productoras de residuos no peligrosos.
