Economía Circular

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El Parlamento aprueba la Ley 3/2023, de 30 de marzo, de Economía Circular de Andalucía. Descargar PDF (0,79 MB)

Según el Plan de Acción de la Unión Europea para la economía circular, una economía circular es aquella en la que el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantiene en la economía durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduce al mínimo la generación de residuos.

El modelo de economía circular al contrario de la economía lineal, hace un uso limitado de las materias primas y lleva la producción de residuos al mínimo. En este modelo la reutilización y la recuperación de productos y materias juegan un papel fundamental.

Entre las razones que ponen en entredicho el modelo de economía lineal, se pueden citar:

  • Los recursos energéticos basados en energía fósiles, los alimentos y el agua son cada vez más escasos
  • El incremento del número de consumidores en los próximos 20 años supondrá una presión insostenible sobre los recursos disponibles en el modelo lineal actual
  • La economía lineal nos lleva al agotamiento de los recursos
  • El sistema tradicional es global y medioambientalmente ineficiente provocando daños irreparables al clima y la biodiversidad

Según el Plan de acción de la UE para la economía circular (Comisión Europea, 2015): “La economía circular impulsará la competitividad de la UE al proteger a las empresas contra la escasez de recursos y la volatilidad de los precios, y contribuir a crear nuevas oportunidades empresariales, así como maneras innovadoras y más eficientes de producir y consumir. Creará puestos de trabajo a escala local adecuados a todos los niveles de capacidades, así como oportunidades para la integración y la cohesión social. Al mismo tiempo, ahorrará energía y contribuirá a evitar los daños irreversibles causados en lo relativo al clima y la biodiversidad, y a la contaminación del aire, el suelo y el agua, a causa de la utilización de los recursos a un ritmo que supera la capacidad de la Tierra para renovarlos.

En este contexto, la simbiosis industrial constituye un catalizador de la transición hacia una economía circular.

La simbiosis industrial puede definirse como una aproximación sistemática a un sistema industrial más integrado y sostenible, que identifica las oportunidades de negocio que saquen provecho de recursos infrautilizados (Comisión Europea: Cooperation fostering industrial symbiosis: market potential, good practices and policy actions. Final report). Se trata de una estrategia empresarial que busca sinergias con empresas geográficamente cercanas buscando conjuntamente soluciones innovadoras basadas en la máxima eficiencia en el uso de los recursos. Esta estrategia no solo puede aplicarse a escala local, como lo demuestra el hecho de que actualmente se transporta residuos a miles de kilómetros con destino tanto a valorización como a eliminación, sino que puede plantearse a nivel regional y estatal.

La simbiosis industrial conlleva que organizaciones que operan en diferentes sectores de actividad cooperen para alcanzar un beneficio mutuo a través de la utilización de subproductos, materias, energía y logística optimizando el uso de los recursos y disminuyendo la generación de residuos. En este sentido la confianza entre los actores juega un papel clave.

Desde una perspectiva sistémica, la simbiosis industrial contribuye a cerrar el círculo de los procesos industriales de diferentes formas:

  • Aumentando el tiempo en que los recursos permanecen en la antroposfera
  • Reduciendo el volumen de residuos eliminados
  • Aumentando la eficiencia energética y material a través de la reutilización y el reciclado
  • Creando oportunidades de negocio y puestos de trabajo relacionados con el uso alternativo de los actuales canales de gestión de residuos
  • Posibilitando la innovación orientada a la demanda en apoyo de la transición a una economía circular, conectando negocios con la comunidad investigadora para dirigir las necesidades en innovación y tecnología

Las claves de la simbiosis industrial son la colaboración, proximidad geográfica y un enfoque basado en la demanda y apoyado por terceras partes o facilitadores.

La Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía azul participa en el proyecto europeo SYMBI (Industrial Symbiosis for Regional Sustainable Growth and a Resource Efficient Circular Economy)Ver más información sobre el SYMBI.

En el transcurso del proyecto se han identificado una serie de buenas prácticas empresariales en aplicación de los principios de la economía circular y/o la simbiosis industrial.

  1. Valorización de subproductos generados en la producción de aceite de oliva
  2. Valorización de residuos en la industria cementera
  3. Reutilización de agua depuradas procedentes de EDAR
  4. Generación de electricidad y compost a partir de la codigestión de lodos de depuradoras y residuos no peligrosos
Cinta transportadora en una fábrica ubicada en una gran zona industrial

Orujeras

¿En qué consiste la buena práctica?

El sistema actual de extracción de aceite de oliva de dos fases produce aceite de oliva y un subproducto denominado orujo graso húmedo

El orujo graso húmedo es tratado en las industrias extractoras, obteniéndose: Aceite de orujo de oliva crudo, restos de huesos y orujillo.

Del orujillo se obtiene pulpa de aceituna, dedicada a la alimentación animal por su contenido en proteínas, producción de abonos, compost y enmiendas. El orujillo también se utiliza como biomasa y en la composición de fertilizantes.

A su vez el aceite de orujo de oliva crudo es refinado, obteniéndose aceite de orujo refinado, pastas de refinería, utilizado para alimentación animal y cosméticos, y ácidos grasos usados en la alimentación animal.

Actores implicados: Almazaras, industrias extractoras, refinerías de orujo, sector de alimentación animal, empresas de biomasas, empresas cosméticas, empresas de fertilizantes, empresas químicas.

¿En qué consiste la buena práctica?

Este práctica ofrece una alternativa para la valorización de residuos que no han podido ser reutilizados y reciclados, evitando su envío a vertedero, minimizando el impacto y las emisiones de los mismo. Por otro lado, gracias a esta práctica se reduce el consumo de materias primas de origen natural, y el consumo de combustibles fósiles, gracias a su sustitución por residuos.

En esta industria podemos distinguir tres procesos en relación al uso de residuos:

  • Residuos que se usan como materias primas para la fabricación de crudo: Algunos residuos con alto contenido mineral (escorias, cenizas de procesos térmicos, residuos de construcción y demolición, lodos de papelera, arenas de fundición, espumas de azucarera,…) tienen una composición similar a la de las materias primas con las que se fabrica el cemento y pueden sustituir a las materias primas naturales que son extraídas de las canteras: arcillas, calizas, entre otras, disminuyendo de esta forma la explotación de recursos naturales. En el caso específico de la fábrica estudiada, la utilización de escorias de siderurgia permite la reducción del consumo de caliza y aportadores de hierro (pirita) y alúmina (bauxita). Estos residuos minerales se añaden al resto de materias primas antes de entrar en el horno de cemento, en la parte del proceso que se denomina preparación del “crudo”, y aportan calcio, hierro, silicio o aluminio, minerales necesarios para fabricar el Clinker (producto intermedio que sale del horno y que al molerse da lugar al cemento).
  • Residuos que se usan como aditivos al cemento: Hay otros residuos industriales (fundamentalmente escorias de alto horno y cenizas volantes de centrales térmicas) que se pueden añadir como aditivos en el proceso de molienda del clinker para dar lugar al cemento, reduciéndose de esta forma el volumen de las materias primas extraídas de las canteras. Esta sustitución, técnicamente viable y regulada por la normativa europea, permite fabricar cemento con menos proporción de clinker sin disminuir la calidad ni las prestaciones del producto final. En concreto, en la fábrica que ha colaborado en el SYMBI, se utilizan cenizas volantes de central térmica , que permite la reducción del consumo de clinker en la fabricación de determinados tipos de cementos, y yesos sintéticos, y la reducción del consumo de yeso de origen natural en su proceso.
  • Residuos que se usan como combustible: El uso intensivo de combustibles tradicionales de origen fósil, lleva a buscar mejores alternativas desde el punto de vista económico y ambiental. Este hecho unido a la elevada cantidad de residuos que acaban vertidos en vertedero, y que muchos de estos residuos tienen un poder calorífico y unas características adecuadas para su empleo como combustible, causan que el sector cementero lleve décadas utilizando residuos como combustible en sustitución parcial de los utilizados tradicionalmente.

Actores implicados: Sector cementero e industrias productoras de los residuos.

Depuradora de aguas residuales

Reutilización de aguas residuales

¿En qué consiste la buena práctica?

El proyecto destaca por la puesta en valor de la reutilización de aguas residuales depuradas en un complejo minero- hidrometalúrgico. La instalación cubre parte de sus necesidades de abastecimiento mediante la reutilización de aguas residuales procedentes de una estación depuradora de aguas residuales.

El agua depurada, una vez que alcanza las instalaciones industriales se destina a un doble uso:

  1. Por un lado, parte del agua se somete a un segundo tratamiento para adecuar sus características a las requeridas durante el proceso industrial por la planta hidrometalúrgica.
  2. La segunda fracción a utilizar, se conduce hacia una planta regeneradora de aguas residuales, con el objetivo de obtener aguas de calidad apta para su reintegración al dominio público hidráulico subterráneo, concretamente mediante la reinyección en profundidad (uso ambiental), y cumpliendo todas las premisas impuestas por la administración competente en materia de aguas.

Actores implicados: Organismo competente en materia de aguas subterráneas, empresa explotadoras de EDARs y empresas mineras.

Silo de gran tamaño para realizar el proceso de codigestión

Buena práctica de codigestión

¿En qué consiste la buena práctica?

La codigestión es una alternativa de tratamiento con serias posibilidades de desarrollo al amparo de la nueva legislación en un doble sentido. Por una parte, se facilita la gestión de unos residuos industriales no peligrosos y, por otra, se puede llegar a incrementar la producción de biogás, aumentando la cantidad de energía cogenerada y reduciendo por tanto la cantidad de energía consumida en la EDAR.

El término codigestión se emplea para expresar la digestión anaerobia conjunta de dos o más sustratos de diferente origen. La principal ventaja radica en el aprovechamiento de la sinergia de las mezclas, compensando las carencias de cada uno de los sustratos por separado. El hecho es que, aprovechando el volumen existente, el digestor de fangos de una EDAR de tamaño medio/grande ofrece la posibilidad de incorporar otros sustratos que compensen el balance de nutrientes y la humedad y aumenten, de manera muy importante, el rendimiento de producción de biogás de este proceso. Ventajas adicionales del proceso son la obtención de un lodo valioso que puede utilizarse como enmienda orgánica siguiendo la legislación vigente y la unificación de la gestión de diversos residuos al compartir instalaciones de tratamiento, reduciendo costes de inversión y explotación.

El proceso de codigestión supone una solución para líquidos de alta carga orgánica que, a la vez, origina una mejora en la producción de biogás de las EDAR. Se trata de un procedimiento de valorización de residuos no peligrosos y de difícil gestión, que puede facilitar el adecuado cumplimiento de la normativa ambiental a diversas industrias.

Las principales características que deben tener estos residuos destinados a codigestión son:

  • Se tratará siempre de residuos no peligrosos
  • Tendrán carácter bombeable, siendo por tanto líquidos o fluidos pastosos
  • Tendrán elevada carga orgánica y bajo contenido en sulfatos y sulfuros
  • Se podrán entregar mediante cubas, depósitos o contenedores

Mayoritariamente, estos residuos proceden de industrias agroalimentarias (lácteos, cítricos, melazas, grasas, hortofrutícolas, etc).

La codigestión presenta indudables ventajas para la industria y para la depuradora de aguas residuales entre las que cabe señalar las siguientes:

Para la industria/productor del residuo:

  • Aporta una solución a los problemas de gestión de efluentes de alta carga orgánica así como de efluentes concentrados de carácter estacional
  • Elimina la necesidad de disponer de una planta de tratamiento para los mismos en caso de ser los únicos líquidos producidos o pueden reducir los costes de explotación de sus propias plantas de tratamiento al disminuir en origen la carga a tratar. • El coste asociado al transporte depende de la proximidad a la EDAR receptora pero se producirá una reducción del canon de saneamiento proporcional a las fracciones de mayor carga contaminante.
  • Igualmente ofrece una posible solución a industrias ubicadas en entorno rural, sin fácil conexión a los sistemas urbanos de saneamiento.
  • Además se reducen los tiempos de almacenamiento en las instalaciones y la posibilidad de que se produzcan procesos degradativos que, a su vez, pueden generar olores y problemas sanitarios entre otros.
  • Igualmente se minimizan las incidencias por vertidos incontrolados a cauces receptores Para las EDAR las principales ventajas son:
    • Disminución de la carga contaminante recibida a través de los sistemas de saneamiento así como del número de episodios de vertidos incontrolados con lo que mejora la eficiencia de la depuración y la calidad del efluente
    • Mayor garantía de cumplimiento de los objetivos de calidad fijados para la depuradora y disminución del coste del proceso.
    • Aprovechamiento de la sinergia de las mezclas de sustratos para la producción de biogás, compensando las carencias de cada sustrato por separado (nutrientes, humedad, etc.)
    • Mejora el balance de nutrientes, obteniéndose de esta manera un mejor rendimiento de la digestión y una mayor producción de metano.
    • Incremento de la producción de biogás con el consiguiente aumento en la producción de energía eléctrica autoabastecida, lo que supone menor coste energético de la explotación.
    • Aprovechamiento del calor generado en los motores por el biogás extra producido.
    • Reducción en las emisiones de gases de efecto invernadero proporcional a la cantidad de energía eléctrica no consumida.

Actores implicados: Empresas explotadoras de EDARs Empresas productoras de residuos no peligrosos.

El Parlamento aprueba la Ley de Economía Circular de Andalucía (LECA) como la norma básica para situar a Andalucía a la vanguardia de un modelo económico dirigido a la sostenibilidad y al aprovechamiento responsable de los recursos naturales. El texto, publicado en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), articula medidas para afrontar los nuevos retos medioambientales, tecnológicos, económicos y sociales. Entre ellas destacan las enfocadas al aumento de la vida útil de los productos y el favorecimiento de un uso racional de las materias primas, la reducción del desperdicio alimentario, el ‘pago por uso’, la lucha contra la obsolescencia programada y el desarrollo del ‘derecho a reparar’.

Para la elaboración del texto, que es fruto de un largo trabajo de consenso y participación con los sectores implicados, la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ha contado también con el aval de la administración local y del Consejo Económico y Social de Andalucía.

La normativa incluye medidas novedosas como la creación de un registro público de análisis del ciclo de vida de productos, obras y servicios; el fomento de un uso y consumo responsable; o la reducción de residuos desde la simbiosis industrial y la consideración de subproductos o fin de condición de residuos. Todas ellas apoyadas por una concienciación y formación al respecto. Asimismo, la LECA prevé también medidas para la eliminación de trabas burocráticas a las empresas, la sensibilización de la ciudadanía, la formación y la prevención.
 

 

Se convoca para el ejercicio 2021, en régimen de concurrencia competitiva, la concesión de subvenciones reguladas en la Orden de 3 de diciembre de 2021, por la que se aprueban las bases reguladoras de la concesión de subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, de medidas de apoyo urgentes para proyectos de implantación y/o mejora de la recogida separada de biorresiduos destinados a instalaciones específicas de tratamiento biológico, dentro del Plan de Apoyo a la Implementación de la Normativa de Residuos, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) – Financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU, (línea 1, sublínea 1.1). Dirigidas a los municipios u otras entidades locales, tales como mancomunidades, o los consorcios constituidos por dichas entidades locales, en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que tengan asumida la competencia de prestar los servicios de recogida a una población de derecho superior a 5.000 habitantes a fecha 1 de enero de 2020.

El objeto de las ayudas es financiar la implantación y/o mejora de la recogida separada de biorresiduos destinados a instalaciones específicas de tratamiento biológico, todo ello a fin de promover la recogida selectiva de la fracción orgánica de los residuos municipales desde una perspectiva de economía circular y, por tanto, contribuir a lograr una gestión y ahorro más sostenible de los recursos naturales, no solo beneficiando la lucha contra el cambio climático sino también a la generación y el mantenimiento de empleo, y al mismo tiempo cumplir con los objetivos establecidos en la normativa vigente.

Se convoca para el ejercicio 2021, en régimen de concurrencia competitiva, la concesión de subvenciones reguladas en laOrden de 3 de diciembre de 2021, por la que se aprueban las bases reguladoras de la concesión de subvenciones en régimen de concurrencia competitiva, de medidas de apoyo urgentes para proyectos de construcción, adaptación y mejora de instalaciones específicas para el tratamiento de los biorresiduos recogidos separadamente, dentro del Plan de Apoyo a la Implementación de la Normativa de Residuos, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) – Financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU, (línea 2). Dirigidas a los municipios u otras entidades locales, tales como mancomunidades, o los consorcios constituidos por dichas entidades locales, en el ámbito territorial de la Comunidad Autónoma de Andalucía, que tengan asumida la competencia de prestar los servicios del tratamiento de los residuos.

El objeto de las ayudas es financiar la construcción, adaptación y mejora de instalaciones específicas para el tratamiento de los biorresiduos recogidos separadamente, con la finalidad de promover el correcto tratamiento de la fracción orgánica de los residuos municipales recogida selectivamente, desde una perspectiva de economía circular y, por tanto, contribuir a lograr una gestión y ahorro más sostenible de los recursos naturales, y al mismo tiempo cumplir con los objetivos establecidos en la normativa vigente.

En cumplimiento de las previsiones del Plan Integral de Residuos de Andalucía (PIRec2030), el Gobierno andaluz ha elaborado la Guía de apoyo a la planificación local en materia de Economía Circular. Prevención y gestión de residuos municipales, para ayudar a las entidades locales y agilizar el cambio de modelo en la gestión de los residuos, garantizando así el cumplimiento de los objetivos establecidos en la normativa vigente y los compromisos adquiridos en la planificación autonómica.

Esta guía describe de forma exhaustiva cómo elaborar el plan local en materia de prevención y gestión de residuos para los municipios, para que el seguimiento paso a paso de la misma logre los diferentes objetivos, siempre teniendo en cuenta la diversidad de realidades de las localidades andaluzas.
 

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