Gravedad
Aspersión
Automotriz
Localizado
0
20
40
60
80
%100
Fuente:
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, 2013.
España
Andalucía
Kg/ha
100
90
80
70
60
50
40
30
20
10
0
2012
1990
1994
1996
1998
1992
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente:
Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, 2013.
Informe de Medio Ambiente en Andalucía
278
En el año 2012, once empresas andaluzas se han beneficiado de
una subvención. De manera global, el importe de estas sub-
venciones asciende a 278.510,89 euros.
El sector agroalimentario continúa siendo una actividad eco-
nómica de gran relevancia en la región, ejerciendo un fuerte
impacto sobre el medio ambiente de Andalucía, tanto positivo
como negativo. Destacan el olivar, cultivo permanente asocia-
do a una realidad social y territorial de alto valor natural y
ambiental, y el sector del regadío, que posee una importancia
social, territorial y económica significativa, al ocupar un tercio
de la superficie cultivada y dos tercios del empleo y de la pro-
ducción final agraria.
Según información del Ministerio de Agricultura, Alimentación
y Medio Ambiente, en el año 2012 Andalucía era la Comunidad
Autónoma con mayor superficie de regadío (1.026.808 ha
-29,15% del total nacional-). Atendiendo al tipo de regadío, el
riego localizado o por goteo se presenta fundamentalmente en
Andalucía (45,42%), la superficie regada por gravedad repre-
senta un 18,03% del total nacional, y el riego por aspersión un
13,24%. Esta información indica el esfuerzo en modernización
de regadíos que se ha operado en la Comunidad Autónoma de
Andalucía. No obstante, la demanda de agua atribuida a la
agricultura representaba, en 2011, el 81,2% sobre el total, lo
que obliga a conservar las cautelas necesarias para mantener
un equilibrio entre el desarrollo de la agricultura y los impactos
ambientales potenciales que pueda ocasionar (consumo de
agua, contaminación por nitrógeno de los ríos, emisiones de
amoniaco o de gases de efecto invernadero, etc.).
Entre estos impactos ambientales potenciales, el consumo to-
tal de fertilizantes es uno de los de mayor importancia. La
infiltración de los fertilizantes aplicados al terreno agrícola
puede contribuir a la contaminación por nitratos de las aguas
subterráneas, así como de las aguas continentales y litorales,
y su uso está relacionado con fenómenos tales como la acidi-
ficación del suelo, la eutrofización, o la contaminación del
aire ambiente. No obstante, es importante considerar que las
repercusiones del uso de fertilizantes sobre el medio ambien-
te no sólo dependen de la cantidad aportada a los cultivos,
sino también de las condiciones de los espacios agrarios, los
tipos de cultivo, y las prácticas de gestión que se desarrollen
en las explotaciones.
Durante décadas, este consumo venía experimentando una
tendencia al alza en distintos contextos territoriales. En Anda-
lucía, esta situación se asociaba, además, a patrones de
intensificación agraria y, de manera específica, a cultivos de
regadío (incluidos cultivos bajo plástico).
Los datos de los últimos años confirmaban el freno alcista de
dicha tendencia, produciéndose una reducción por hectárea
de consumo para la totalidad de productos e, incluso, para los
fertilizantes potásicos, especialmente acusada en los años
2008 y 2009.