La comunidad andaluza estableció, mediante el Decreto 88/2024, de 9 de abril, la creación del Consejo Andaluz de las Reservas de la Biosfera y el establecimiento del régimen jurídico de las Reservas de la Biosfera de Andalucía. Este decreto es fundamental para seguir con el trabajo que la Administración andaluza viene desarrollando desde hace décadas para implantar de una forma efectiva las determinaciones del programa MaB y sus reservas de la biosfera. Con este decreto se avanza en dos ejes de trabajo: la actualización del órgano de coordinación de la reserva, cuyo primer comité se celebró en 1999; y el otorgamiento de naturaleza jurídica a cada una de las 9 reservas, siempre en el marco de las determinaciones del programa MaB, de la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, y de la normativa ambiental y de desarrollo sostenible de la Junta de Andalucía, competente en estas materias.
Las Reservas de la Biosfera se crean en 1974 dentro del Programa MaB (Hombre y Biosfera) de la Unesco, y se definen en su Marco Estatutario (1995) como: "Zonas de ecosistemas terrestres o costeros/marinos, o una combinación de los mismos, reconocidas en el plano internacional como tales (artículo 1), que deben procurar ser lugares de excelencia para el ensayo y la demostración de métodos de conservación y desarrollo sostenible en escala regional (artículo 3)".
Reservas de la Biosfera en Andalucía

La singularidad de los ecosistemas de las Reservas de la Biosfera andaluzas radica en ejemplos como los paisajes volcánicos y desérticos del extremo oriental de la comunidad, las dehesas de Sierra Morena, las extensas marismas del Guadalquivir o las zonas de alta montaña con el pico más elevado de la península ibérica.
Por otro lado, las reservas andaluzas constituyen un grupo de gran interés, tanto en la Red Española como en la Red Mundial, debido a la sinergia positiva que se establece entre las funciones de esta figura y las de los espacios protegidos con los que comparten territorio.
Esta coordinación y modelo de gestión permite implementar de forma integrada los objetivos de las políticas ambientales de la comunidad autónoma con los del Programa MaB de la Unesco, que pasan por aunar la preservación de los recursos naturales con el desarrollo socioeconómico de sus habitantes, facilitando la participación de instituciones y agentes sociales.
Para alcanzar estos fines, las Reservas de la Biosfera de Andalucía están dotadas de distintos instrumentos de planificación y gestión como los Planes de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN), Planes Rectores de Uso y Gestión (PRUG) y Planes de Desarrollo Sostenible (PDS), y de órganos de participación.
Las Reservas de la Biosfera andaluzas, además de por su representatividad natural, destacan por el alto grado de cumplimiento de sus funciones, como se puede comprobar en los resultados de sus evaluaciones decenales realizadas por el Consejo Internacional de Coordinación del Programa MaB-UNESCO y en las sucesivas evaluaciones del sistema de indicadores para el seguimiento de la Red Española de Reservas de la Biosfera.
