Fuente:
Consejería
de Agricultura, Pesca
y Medio Ambiente.
Red de Información
Ambiental de
Andalucía, 2013.
Descenso muy notable
Descenso notable
Descenso moderado
Descenso leve
Descenso muy leve
Estable
Aumento muy leve
Aumento leve
Aumento moderado
Aumento notable
Aumento muy notable
Informe de Medio Ambiente en Andalucía
102
Riqueza paisajística
La riqueza de un paisaje viene aquí expresada por el número
total de UF que comprende, independientemente de su natu-
ralidad, número o distribución geográfica. Para el estudio de
su evolución entre 2005 y 2009, se han usado los espacios que
engloban cada uno de los ámbitos paisajísticos, computados
globalmente como unidad, registrándose cada ocasión donde
aparece o desaparece alguna UF. Tal y como se recogió en el IMA
2009,
se trata de un parámetro con un comportamiento muy
escalonado, siendo muy sensible cuando las UF son una rareza
en el ámbito objeto de estudio
.
En líneas generales, más del 75% de los ámbitos paisajísticos
mantienen el indicador de riqueza estable. La zona de las
campiñas de las provincias de Córdoba Jaén y Granada, entre
Puente Genil en su extremo oeste y Úbeda en el este, (inclu-
yendo la Vega de Granada y las campiñas del municipio de
Córdoba), es el único ámbito geográfico donde se registra un
descenso, aunque muy leve, de la riqueza paisajística. Igual-
mente ocurre en el extremo septentrional de la Sierra Morena
andaluza. El Valle de los Pedroches sufre pérdidas entre muy
leves y leves, en el caso de su parte oriental, así como el ámbi-
to de la
Sierra Morena oriental
en la provincia de Jaén. El
ámbito paisajístico
Sierra de Cabra-Albayate
está igualmente
sujeto a una pérdida de riqueza paisajística de dos UF.
Dicho esto, hay que aclarar que este indicador señala los cam-
bios en pérdidas y ganancias en términos absolutos. Cuando
un ámbito paisajístico se clasifica como “estable” puede signi-
ficar dos cosas: que no haya habido ningún cambio entre las
unidades fisionómicas que lo constituyen, o que se haya gana-
do y perdido el mismo número de unidades fisionómicas,
devolviendo así el balance a cero aunque en realidad haya
habido movimientos en cuanto a dinámica paisajística. Es
ciertamente un indicador de base, que no puede valorarse por
sí solo, si bien su análisis más detallado puede revelar mucho
sobre las citadas dinámicas.
El primer ejemplo se circunscribe al ámbito paisajístico de los
Pedroches orientales
, cuyo saldo en cuanto a riqueza paisajísti-
ca es de menos dos unidades, así, se registra un incremento de
tres UF:
Ribera
,
Dehesa
(cuya ocupación durante el período
considerado pasa de no tener representación a representar un
18 % del ámbito),
Suelo desnudo
, pero, paralelamente, se pier-
den un total de 5 UF:
Eucaliptal
,
Playas, dunas y arenales
,
Zonas quemadas
,
Alta montaña
y
Espartizal
.
El otro ejemplo se sitúa en el ámbito de la
Depresión de Ante-
quera
, donde el saldo global acaba siendo favorable, y es el
resultado de la incorporación de las siguientes unidades fisio-
nómicas:
Viñedos
,
Mosaico de cultivos
y
Riberas
,
Suelo desnudo
o con escasa vegetación
,
Zonas quemadas
,
Dehesa
y
Pinares y
otros bosques de coníferas
, éstos dos últimos con valores bas-
tante remarcables. Simultáneamente, a las UF incorporadas,
hay que contabilizar las que se pierden, que en el caso de la